04 Sep ARTÍCULO DE OPINIÓN DE JUAN ANTONIO CABALLERO (Presidente de CAVE-COVA)
Publicado en LEVANTE-EMV el 4 de septiembre de 2024
El peligroso trato a la emigración
Cuando desde posiciones apriorísticas fuertemente ideologizadas se considera que la emigración es un elemento político para obtener ventajas electorales, fundamentándolo en la consideración de fuente de inseguridad y miedo, de socavo de la cultura cristiana, del inicio del hundimiento de la cultura occidental, …, no importan ni los razonamientos, ni los datos, ni la necesidad de emigrantes, ni discursos del Papa, ni nada de nada.
El problema grave es que esas posiciones hacen crecer los malos sentimientos de mucha gente radicalizando sus posiciones emocionales de forma peligrosa: el nacionalismo, el victimismo, el sentimentalismo, el odio al diferente, el odio al enemigo externo, el fomento del miedo, el señalamiento a “traidores internos”, odio, odio, odio, … son los ingredientes del fascismo y del nazismo que se sabe cómo comienzan, pero no cómo terminan. En el pasado causaron millones de muertos y ejemplos peligrosos los tenemos hoy en Gran Bretaña, Francia, Alemania y en otras partes de Europa.
La sociedad civil tiene que reaccionar y obligar a las distintas formaciones a realizar debates serios sobre el complejo problema de la emigración desde una perspectiva del respeto a los derechos humanos, lejos de las manipulaciones, bulos y mentiras.
El parlamento europeo, el español y los parlamentos autonómicos deben establecer propuestas positivas para la incorporación de miles de personas que huyen de la miseria, la represión y la muerte, hasta el punto de preferir el riesgo a la muerte a seguir en su país. Europa tiene una responsabilidad enorme con la situación de los países de origen con los que tiene que establecer más acuerdos para su propio desarrollo. En tanto esos acuerdos se desarrollan y regulan la emigración, se debería potenciar la incorporación de estas personas al mundo laboral a través de planes de formación adecuada, en colaboración con las organizaciones empresariales y sindicales, que puedan contribuir resolver la falta de trabajadores en algunos sectores concretos. En lugar de considerar la emigración como algo negativo, hay que darle la vuelta y contemplarla como una inyección de fuerza de trabajo joven (manual e intelectual) que puede ayudar a un desarrollo más equilibrado de nuestro país y de Europa que envejecen día a día. No parece mala idea la propuesta de “emigración circular” que puede frenar la pérdida de jóvenes de sus países de origen, ayudar a su propio desarrollo y acabar con las mafias criminales que viven de la muerte en las pateras.
Por último, señalar un hecho que desgarra nuestros corazones y que subraya la mezquindad de las Comunidades Autónomas y de algunos partidos: la negativa a recibir una parte de las personas menores no acompañadas que se hacinan en Ceuta y las Islas Canarias. Quienes con tanto garbo se oponen a un reparto solidario deberían imaginar que alguno de estos jóvenes fuese su hijo, su nieto o su sobrino, deduzco que seguramente les gustaría que los trataran de otra forma.