25 DE NOVEMBRE: Dret a l’habitatge contra la violència masclista

25 DE NOVEMBRE: Dret a l’habitatge contra la violència masclista

25N: Derecho a la vivienda contra la violencia machista

No habrá igualdad mientras no se garantice el acceso a una vivienda digna y segura para todas
RED ESTATAL DE MUJERES VECINALES

 

Desde que en 1999 la Organización de las Naciones Unidas declarara el 25 de noviembre como Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, feministas de todo el mundo recopilamos en esta fecha las terribles cifras de víctimas que la violencia contra las mujeres se cobra, bien en casos de muertes y violencia física como en situaciones de agresiones sexuales o violencia vicaria, por señalar las más relevantes. En España, según datos oficiales, son 1.285 víctimas mortales por Violencia de Género desde el 1 de enero de 2003 hasta el día de hoy.

Conscientes de que las formas de violencia contra la mujer son múltiples, este año, las mujeres del movimiento vecinal de todo el Estado queremos ilustrar el modo en que la violencia machista afecta a la problemática de la vivienda. Esto es, las mujeres sufren una grave discriminación y situaciones de violencia que dificultan e impiden el acceso a la vivienda. Desde la REMV queremos así denunciar y visibilizar todo aquello que está en la base de la violencia que sufrimos las mujeres, que la normaliza y nos mantiene en una situación de desigualdad. Este año 2024 queremos, muy especialmente, sumarnos a la lucha por la vivienda digna y evidenciar que el acceso a la vivienda se ha convertido en uno de los grandes problemas sociales y económicos en la actualidad afectando, en primera
línea, a las mujeres.

Como decimos, la crisis de vivienda en España afecta más a las mujeres según subrayan diversas fuentes. Esto es debido a que la brecha salarial de género nos atraviesa, por lo que sufrimos la crisis de la vivienda de una manera mucho más dura que los hombres, y el
peor escenario es el de las mujeres víctimas de violencia machista, que no pueden emanciparse de sus agresores debido a su dependencia económica.

Según el Instituto Nacional de Estadística, el 70% de las mujeres que sufren violencias machistas no denuncian a su agresor por miedo a perder su hogar o por miedo a quedarse sin lugar donde vivir.

Tras afrontar los gastos de vivienda, el 33% de los hogares encabezados por mujeres se quedan bajo el umbral de pobreza relativa. Fuente: Bosch, J. 2019. El derecho de la mujer a La vivienda en España (2008-2017).

En relación a las consecuencias de la brecha salarial, según los datos disponibles de la Encuesta de Estructura Salarial (2021), las mujeres ganan, en promedio, 5.212 euros menos al año que los hombres, con una brecha salarial del 18.36%, lo que limita su capacidad de ahorro y dificulta su acceso a la vivienda, especialmente en el mercado de alquiler, donde los precios han aumentado significativamente en los últimos años. Fuente: https://www.sepe.es/HomeSepe/es/que-es-el-sepe/comunicacion-institucional/noticias/detalle-noticia folder=/SEPE/2024/Mayo/&detail=La-brecha-salarial-en-Espana-sus-causas-y-herramientas-para-evitarla

El informe AROPE 2023 también destaca cómo la violencia de género afecta de manera directa al acceso de las mujeres a una vivienda digna. Las mujeres que han sufrido violencia doméstica tienen mayores dificultades para encontrar un hogar debido a la falta de
recursos económicos, el estigma y la exclusión del mercado de alquiler. Los citados informes de AROPE también revelan que las mujeres representan una proporción creciente de las personas en situación de pobreza y exclusión social. Esto se debe, entre otras razones, a las dificultades para acceder a un empleo estable y bien remunerado, y a las responsabilidades de cuidado no compartidas de manera equitativa: “Se penaliza la inserción y promoción laboral de las mujeres porque la sociedad las responsabiliza de los trabajos de cuidados: el 15,7 % de las mujeres destinó los doce meses del año anterior a tareas domésticas y a cuidados de menores u otras personas, frente al 0,3 % de los hombres”. Además, “las mujeres trabajan en condiciones de mayor precariedad que los hombres: además de una mayor tasa de desempleo (13,8 % vs 10,6 % en 2023), soportan una mayor proporción con jornada a tiempo parcial (21,1 % vs 6,6 %)” . Por lo cual, la tasa de riesgo de pobreza entre las mujeres es del 20,8 %, es decir, 1,3 puntos más que la de los hombres (19,5 %). En términos absolutos, esta diferencia supone medio millón de mujeres pobres más” (Resumen ejecutivo del XIV Informe sobre el Estado de la Pobreza. Seguimiento de los indicadores de la Agenda UE 2030)

Por todo lo anteriormente referido, planteamos 5 medidas clave para mitigar la desigualdad y que consideramos fundamental que sean tenidas en cuenta en el procesos de reformulación de las políticas de vivienda que las diversas movilizaciones vecinales han situado como una emergencia social:

● Aumentar en un porcentaje significativo las viviendas con alquileres accesibles para familias monomarentales con medidas específicas de apoyo a las madres solteras o mujeres con hijos/as, para garantizar que puedan acceder a viviendas dignas y asequibles.
● Fomentar el acceso de las mujeres a la financiación hipotecaria: Desarrollar programas y líneas de crédito accesibles para mujeres, especialmente para familias monomarentales o que viven en situaciones de vulnerabilidad.
● Fortalecer los servicios de vivienda para mujeres víctimas de violencia de género: Es fundamental que las políticas públicas se enfoquen en ofrecer viviendas de acogida, acompañamiento psicosocial y programas de reinserción para mujeres que han sufrido violencia. El acceso a una vivienda segura es esencial para su denuncia y erradicación.
● Asegurar la disponibilidad de viviendas públicas accesibles: Las políticas de vivienda deben priorizar el acceso a la vivienda pública, especialmente en zonas urbanas donde los precios del alquiler son elevados. Esto debe incluir criterios específicos de género para asegurar que las mujeres más vulnerables no queden excluidas. Para ello, se debe garantizar la equidad en las ayudas y subvenciones para la vivienda.
● Incluir la perspectiva de género en los planes de rehabilitación urbana: Muchas mujeres viven en condiciones de pobreza en viviendas precarias. Conocer la situación habitacional de las mujeres es el primer paso para la búsqueda de soluciones.

No habrá igualdad mientras no se garantice el acceso a una vivienda digna y segura para todas



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